Esto es un artículo escrito por Jesica Alcántara en la página de afirmación Mormones gay y Mormonas lesbianas.
¿Se puede dejar de ser gay? Por Jessica Alcántara Michael Glatze, hasta hace unos días conocido como un prominente líder homosexual, reveló a “WorldNetDaily” que ha cambiado de vida y ahora alienta públicamente a los homosexuales a dejar un estilo de vida que, para él, “es por naturaleza pornográfico”.
La agencia peruana ACI, que difundió la información, dice que Glatze, ex-editor de la revista “Young Gay America”, narró a la publicación su conversión y su difícil camino a través de la homosexualidad. Actualmente se presenta a sí mismo como un homosexual recuperado y cristiano.
“La homosexualidad ofrecida a las mentes jóvenes, es por su propia naturaleza pornográfica. Destruye las mentes impresionables y confunde su sexualidad en desarrollo. Yo no me di cuenta de esto hasta que cumplí 30 años”, sostiene Glatze en el artículo.
Glatze es el segundo activista homosexual vinculado a una revista gay que ha hecho pública su conversión en el último año. Hace unos meses, Charlene Cothran, fundadora y editora de la revista Venus, también anunció su cambio de vida y ahora dedica su publicación a ayudar a los homosexuales que quieren cambiar.
Ahora el modisto dominicano Sixto Nolasco dice que tambien se cansó de ser gay. “Ahora yo, como hombre, lo que estoy seguro es que quiero estar con una mujer para el resto de mi vida, porque la vida del gay no es fácil… al final del camino se queda solo”, declara el alegado novio de la modelo dominicana Ruth Ocumárez.
Tales expresiones se desprenden de la entrevista que le hizo la periodista Carmen Jovet para la edición “Sixto y Noelia: escándalo en Miami” del programa “Ahora podemos hablar”, que se transmite por Telemundo. El crítico de moda asegura, además, que su relación con la ex-reina de belleza no tiene otros intereses que no sean los sentimientos entre ellos. “Por interés no puede ser, porque una chica como ella pudiera casarse con cualquier hombre por ahí”, dice sobre los comentarios que aseguran que el “noviazgo” es un truco para ella lograr la ciudadanía norteamericana. “Yo estoy atacao porque estoy viviendo con esta mujer, pero viviendo de vivir, de levantarme y acostarme y tenerla allí al lao, y tenerla 24 horas al día y para colmo, mujer”, sostiene. Sixto Nolasco reclama a la gente que “me dejen de estar tirando piedras”, pues, asegura, “ella ha encontrado en mí la horma para su zapato”. A lo que no está dispuesto a renunciar el ex-talento de Univisión es a maquillarse. “El sexo es una cosa que se lleva entre las piernas, yo puedo ponerme mis tacones, mis faldas y qué sé yo, y tener a mi esposa embarazada”, dice. El movimiento de ex-gays El movimiento ex-gay desencamina a las personas inexpertas con las palabras y frases gráficas tales como “ex-gay”, “cambio”, “cura” y “salir de la homosexualidad”. El movimiento promueve esta imagen de “cambio” en las cubiertas de sus libros, circulares y comunicados. Sin embargo, el examen detallado de las publicaciones del movimiento revela matices en los significados. “Cambio” y “cura” hacen referencia a la conducta y estilo de vida, jamás a la orientación sexual. “Salir de la homosexualidad” es entrar a una tierra sexual deshabitada, no a la heterosexualidad. Y “ex-gay” es un proceso vitalicio más que un cambio radical en el núcleo interno. En su mayoría, los testimonios de “cambio” de ex-gay caen en una de dos categorías. Algunos de esos testimonios informan tan indiferentemente sobre sus preferencias homosexuales antes del cambio que, sin duda, su orientación está en el punto medio de la escala de Kinsey e inclinada, más bien, al extremo heterosexual del continuo. El “cambio” experimentado por estos ex-gays radica en la opción por su orientación heterosexual dominante sobre su menos dominante orientación homosexual. En contraste a estos aspectos de la primera categoría, la mayoría de los ex-gays dan testimonio de “cambios” en la conducta o el estilo de vida, no de un cambio en su orientación homosexual. Y el hecho en cuestión es este: Los dirigentes del movimiento insisten repetidamente, en sus escritos y conferencias, que “cambio” es un proceso de toda la vida y que, incluso casado, el ex-gay sentirá, una y otra vez, fuertes deseos por relaciones homosexuales. Así hablan de “cambio” los dirigentes ex-gay. En su artículo “Why I Won’t See Brokeback Mountain“, Tim Wilkins dice: “Aún me tienta el atractivo por el mismo sexo. No lo niego”. En su libro Coming Out of Homosexuality, página 27, Bob Davies afirma, “Un deseo intenso, incluso apasionado, al contemplar a una mujer en la playa … ciertamente esa no es nuestra meta de curación”. Y William Consiglio en Homosexual No More, página 34, dice: “¿Qué entiendo por recuperación? Recuperación es la capacidad de continuar con sentimientos homosexuales cuya molestia ha sido reducida al mínimo evitando la conducta homosexual… recuperación significa la capacidad de manejar la situación…”. Y en página 85 Consiglio agrega: “En mi experiencia de terapeuta… los vencedores… aún experimentan… sentimientos homosexuales, tentaciones, tensión, conflicto, o dificultad”. Andrew Comiskey, en Pursuing Sexual Wholeness, página 190, dice: “Mientras estaba dando unas conferencias sentí ansias ardientes por un amor distintamente masculino. Lo anhelaba. Sentí frustración. Me invadieron imágenes lujuriosas. Cuando estaba llegando a mi conferencia sobre ‘curar’ (risas por favor), finalmente me quebré”. El énfasis del movimiento ex-gay en la terapia reparadora y en los roles de género varón/mujer tradicionales cierran la posibilidad de preguntar “¿Qué vino primero, el huevo o la gallina?”. Según el movimiento ex-gay, el muchacho que fracasa en adoptar los rasgos e intereses masculinos aceptados está rechazando su masculinidad y fracasará, por su propia falta y por defecto, en los vínculos con sus pares y los modelos de rol masculino. A su vez, debido a la falta de conexión masculina, erotizará homosexualmente ese deseo por el varón durante su adolescencia, lo que lo llevará a actos homosexuales. Este esquema teórico del muchacho que rechaza la masculinidad y la sociedad masculina deja de preguntar lo obvio: ¿Fue el muchacho quien rechazó la definición culturalmente “correcta” de masculinidad de la sociedad o fue la sociedad la que rechazó al muchacho por su estilo de masculinidad culturalmente “incorrecto”? En otras palabras, ¿el muchacho rechazó la masculinidad prescrita por la sociedad eligiendo lo que la sociedad consideraba inapropiado?, o ¿el muchacho solo siguió sus intereses aunque eran antagónicos a las normas prescritas por la sociedad? El movimiento ex-gay opta por la primera sin considerar la segunda. El movimiento jamás hace la más obvia de las preguntas, “¿Quién rechaza a quién?” Quizá sean los intereses “poco masculinos” del muchacho los que provocan la intolerancia de la sociedad y su rechazo. Por otra parte, los datos podrían fácilmente interpretarse que las normas de la sociedad son rígidas e implacables, manteniendo sus roles de género masculino/femenino como absolutos y que el muchacho no rechazó la masculinidad ni los modelos de rol masculino sino que la sociedad intolerante e ignorante no lo perdonó y lo rechazó y marginó. El movimiento ex-gay deja de explorar esta interpretación alternativa.
El caso de John Paulk
El Ministerio Restauración, una organización religiosa de Argentina que intenta convencer a la gente gay de que en realidad son heterosexuales confundidos, ha incluido en su sitio web el “testimonio” de un activista “ex-gay” que se vio forzado a renunciar su puesto por haber sido descubierto de liga en una taberna gay. En septiembre del 2000 John Paulk, quien había aparecido en revistas como el prototipo de hombre cristiano ex-gay, fue fotografiado mientras coqueteaba con los parroquianos de Mr. P’s, un famoso bar gay de Washington, D.C. Paulk, que en ese momento se desempeñaba como titular de Exodus International, una organización católica “ex-gay”, primero dijo que había entrado al bar para usar el baño, pero cuando la mentira de Paulk fue desenmascarada, Exodus obligó a Paulk a abandonar su puesto en la organización. “Poner a John Paulk como vocero del movimiento ‘ex-gay’ es tan ridículo como lo sería poner al actor negro Denzel Washington como vocero de una campaña del Ku Klux Klan”, dice Hugo Salinas, director asociado de Afirmación: Mormones Gays y Mormonas Lesbianas. “La hipocresía de Paulk ha sido denunciada por la prensa, corroborada por muchos testigos, y admitida por el mismo Paulk, que abandonó Exodus International hace ya cuatro años”. Paulk es uno de muchos dirigentes del movimiento “ex-gay” que, a la postre, admitieron (o se vieron obligados a admitir) que continuaban siendo gays. Gary Cooper y Michael Bussee organizaron una de las primeras conferencias de “ex-gays” en 1976, de donde saldría el Exodus International; sin embargo, Cooper y Bussee terminaron por enamorarse y divorciar a sus esposas para vivir juntos como pareja. De manera similar, en 1998 Michael Johnston protagonizó una de las campañas nacionales de publicidad más difundidas en Estados Unidos, donde aseguraba que los gays pueden cambiar su orientación sexual. Sin embargo, ahora Michael Johnston experimentó una “recaída moral” y abandonó a su ministerio y a los dos grupos cristianos conservadores con quienes trabajaba. En el movimiento mormón, Russ Gorringe, después de años como uno de los directivos del grupo “ex-gay” Evergreen, finalmente renunció de la organización y aceptó su identidad gay. “Me encanta ser gay,” Russ dice ahora. “Aceptar mi orientación sexual me ha traído mucho gozo.” Conclusión: Verdaderamente, ¿hay personas ex-gay? “Tras haber realizado y dicho lo que correspondía, satisfacer las necesidades emocionales masculinas, analizar, comprender e incluso actuar los roles de género, mantener e incluso ampliar el ‘andar con Jesús’ y cualesquiera otra cosa que el movimiento ex-gay me hubiese prescrito para la ‘cura’, ninguna persona como José me hace dar vuelta la cabeza (¡excepto tal vez algún otro muchacho bien parecido!) No he leído un solo testimonio ex-gay donde el presunto varón ex-gay se refiera a las relaciones sexuales con mujeres con la misma terminología sexual excitante que usó cuando hablaba de la atracción homosexual que precedió a su ‘conversión’. Esto debiera decirlo todo sobre hasta donde llegan los ‘cambios’”, indica Stephen Parelli, Director Ejecutivo de Otras Ovejas. La sexualidad humana es una fuerza dinámica poderosa. En tanto las relaciones domésticas también son construidas sobre la comprensión y la satisfacción mutua de las necesidades emocionales, incluso los “caprichos” si fuere el caso, junto con el compromiso y el apoyo y cualesquiera otra cosa que una pareja dada considerase, todavía hay sexo en la relación, sea atracción por el sexo opuesto o por el mismo sexo, siempre es sexo. Es la propia orientación sexual la que determina el foco y el flujo de la atracción sexual, ninguna otra cosa. Y cualquier cosa que se intente, la orientación sexual continuará siendo la misma. El movimiento evangélico ex-gay es un movimiento contracultural, religioso, reaccionario surgido a principios de la década de 1970 (Love In Action, por ejemplo, apareeció en 1973). El movimiento, cegado por sus prejuicios culturales, dejó de examinar sus presuposiciones religiosas, teológicas y tradicionales y, en consecuencia, también dejó de considerar los resultados actuales de las ciencias sociales sobre la homosexualidad. Algún día, la iglesia lamentará que valientemente intentó salvar América de los homosexuales y a los homosexuales de ellos mismos. Con el tiempo, las denominaciones históricas, e incluso los evangélicos, tras una segunda y plena consideración de las Escrituras, valorará, sin conflictos personales de conciencia, los derechos civiles de los homosexuales. Como lo dijera Mark Twain: “El mundo ha corregido a la Biblia. La iglesia nunca corrige la Biblia, aunque siempre se mete a la cola de la procesión y reclama el crédito por haberla corregido”. |
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