El papa Francisco I, Jorge Bergoglio, mantuvo en 2010 un enfrentamiento con el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, que impulsaba la iniciativa que finalmente fue aprobada por el matrimonio igualitario.
"No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios. No se trata de un mero proyecto legislativo (éste es sólo el instrumento) sino de una `movida` del padre de la mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios", señalaba Bergoglio.
En esa oportunidad, Cristina Fernández dijo sentirse "sorprendida" y "preocupada" por "expresiones que hablan de un proyecto del demonio", por el que trata el Congreso, y dijo que tales apreciaciones "remiten a los tiempos de la Inquisición".
Fernández de Kirchner instó por tanto a "discutir, disentir, pero en un marco de racionalidad, sin estigmatizar al otro porque piensa diferente y fundamentalmente sin violar la Constitución, porque en definitiva el despacho que sacó el Senado respecto de la unión civil viola la Constitución".
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